Muchos de nosotros pensamos que escuchar es tan común como respirar...
Una comunicación buena requiere de una tarea por ambas partes, aunque en realidad no es así. Rara vez se escucha correctamente, porque el que determina si va ha existir comunicación es el que escucha, puesto que es el que capta o interpreta lo que dice el otro.
Pero cada uno filtra la información que recibe, es selectivo, además solemos alterar su esencia.
Tendemos a captar los mensajes que apoyan nuestras creencias y anulamos aquellas que se oponen a nuestras ideas.
Los buenos auditores son los que separan sus propias emociones de las palabras del otro, miran atentamente a quien les habla......y sobre todo espera a que el otro complete el mensaje antes de expresar sus ideas, esto último no sucede muy a menudo hoy en día , siempre tenemos prisa hasta cuando hablamos de cosas que nos gustan.
Por eso lo ideal sería que identifiquemos aquellos prejuicios que tenemos con el resto de las personas, para quitarlos de nuestra mente, así de esta forma podremos escuchar a todos con interés, con empatia y no de forma selectiva o de crítica....
No hay comentarios:
Publicar un comentario